Leído por Adán en el Claustro del martes 3 de junio de 2008
«No sólo nos hacen sufrir los vivos, sino también los muertos» C. Marx
Hoy, cuando Rectores de toda Europa se estrechan las manos para converger en la llamada «sociedad del conocimiento», para hacer realidad su modelo de universidad del siglo XXI, dichas manos se echan al cuello de l@s estudiantes, de la crítica y del disenso para llevar a cabo su proyecto.
Las muestras de rechazo por todo el orbe estudiantil a este proceso privatizador, escondido tras palabras grandilocuentes («Espacio Europeo de Educación», «economía del conocimiento», «revolución pedagógica»), desde Grecia hasta Francia, pasando por el Estado español y Canarias, no han dejado de ser reprimidas ni un instante. Mientras Ministros, Rectores, empresarios y banqueros cantaban las loas a su nueva alianza, los caribinieri italianos, los mossos de escuadra catalanes o la gendarmería francesa expresaban con sus porras las muestras del interés que suscitan en los poderes públicos las críticas estudiantiles a todo este proceso.
Ya en Sevilla, con el primer capítulo de la Convergencia Europea en el Estado español, la Ley Orgánica de Universidades, se descabezó a un movimiento estudiantil que desbordaba las expectativas de su Rectorado. Expulsados de la Universidad, contemplaron a sus mismos inquisidores, la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas, en cabeza de pancarta contra esa norma.
Ahora, le ha tocado el turno a La Laguna. Este Rector, cuya primera intervención pública fue para expresar que no quería radicalismos en la Universidad, ha demostrado en todo este tiempo con su talante que en la Universidad sólo existe un radicalismo: el suyo propio. Y para ello, se vale de un recurso viejo, tan viejo como la humanidad misma: la represión. De los cacheos a la entrada de Claustro a estudiantes, ahora desempolva del olvido un manual de represión fascista para cortar de raíz la crítica a su Rectorado: el Reglamento de Disciplina Académica de 1954.
Fecha en la que el Estado español todavía era rechazado por la propia Naciones Unidas por encarnar un régimen fascista, fecha de hambre y represión con la Ley contra el Bandidaje y el Terrorismo, de tribunales militares y de catedráticos nombrados a dedo por un régimen de sangre y fuego. 1954 es el año en el que el régimen elige ponerse «serio» con una oposición estudiantil incipiente que ya había salido tres años antes en Barcelona para apoyar la huelga de tranvías. Será con este Reglamento de 1954 con el que el Caudillo expulsará de la Universidad en 1956 a aquellos que gritaron «Ni en Hungría ni en España hay democracia», denunciando tanto la dictadura fascista como la invasión soviética a ese país. Y con el que, en 1965, expulsará a los profesores López Aranguren y García Calvo por participar en una marcha por la falta de libertad de asociación. O por el que, en 1969 en Barcelona, se expulsó a estudiantes que, como este año en La Laguna, acudieron al Rectorado para protestar contra un nuevo Rector.
Al igual que entonces, en pleno Estado de Derecho, se nos aplica la misma normativa que a aquellos luchadores por la libertad. Y se nos aplica sólo a estudiantes, pues, parcialmente derogado por dos sentencias del Tribunal Supremo, docentes y personal de administración y servicios se guían por sus propios regímenes disciplinarios: hechos en época constitucional, con garantías como el principio de tipicidad de las conductas para que exista sanción, o como la irretroactividad de disposiciones sancionadoras no favorables. Regímenes sancionadores que, mejor o peor, han sido realizados con el acuerdo de sindicatos de trabajadores y la administración pública y que nada tiene que ver con el reglamento vetusto y franquista, que hace digna de sanción grave conductas tales como «manifestarse contra instituciones y principios del Estado», algo que va en contra de la propia Constitución de 1978 actualmente en vigor.
Abogamos pues, por la derogación inmediata de este Reglamento fascista, para que pase a donde siempre debió estar: a las bibliotecas y archivos, para que nunca jamás salga de allí. Que los fantasmas del pasado no vengan más al presente para hipotecar el futuro.
DEROGACIÓN INMEDIATA DEL REGLAMENTO FASCISTA
SOBRESEIMIENTO INMEDIATO DE TODOS LOS EXPEDIENTES DISCIPLINARIOS EN CURSO
Bueno, yo no estoy de acuerdo con este reglamento pues debería ser derogado. Pero mientras no haya otro es ese el que hay que utilizar ¿o es que se pretende que los alumnos no estemos sometidos a ningún reglamento mientras que el profesorado y el personal de administración si lo están?
Lo que está claro es que si ha habido una supuesta agresión algo habrá que hacer. Y lo que hay que hacer es lo que indica el reglamento vigente, puesto que no hay otro. Entiendo que si no se ha cambiado antes es porque se trata de un reglamento al que se da poco uso, pero una supuesta agresión es motivo más que suficiente para aplicarlo; sin perjuicio de que sea necesario una adaptación del mismo a los nuevos tiempos.
Si hay una agresión, supuesta o no, aplicas el codigo penal. Es decir, que el segurata denuncie en un juzgado.
«pues» tiene razón. No hay lugar para aplicar aprisa y corriendo un reglamento disciplinario que, por otra parte, se incoa apenas sin pruebas, de una forma absolutamente inquisitoria y en la que, por otra parte, se ha denunciado por una «falta de probidad» de la que Adan ya ha dado sobradas muestras de no carecerla.
Por otra parte, «Aun así», no tiene sentido lo que planteas. Si tras la caída del III Reich, una Alemania descompuesta, no tenía legislación ¿habría que ir a las normas aprobadas por el Führer? Creo que no se entiende bien que Franco era tan fascista como Mussolini o Hitler y que, si hubiese pasado en una Universidad alemana con un Reglamento disciplinario sancionado por el Führer, ahora sería noticia en la prensa internacional. Pero claro, en este país de «demócratas», «es preferible la injusticia al desorden»…
Estoy de acuerdo con lo que exponeis y me uno a vuestra petición.
Acabo de recibir por correo la Resolución del Rector referente a la incoación de un expediente disciplinario, comunicándome que esta agota la vía Administrativa y que puede ser impugnada ante los Juzgados Centrales de lo Contencioso Administrativo, en el plazo de dos meses o a través de recurso potestativo de reposición en el plazo de un mes ante el mismo Órgano que la dicta.
Estoy perdida, que me aconsejaís no sé como actuar ya que me acusan de actos no cometidos y me anulan un curso completo, sabéis quién puede asesorarme o llevar mi caso.
Gracias, espero vuestras noticias,
Concha
Concha, me parece que te refieres a la UNED, que utiliza constantemente este Reglamento para anular matrículas, acusando principalmente de copiar, con o sin pruebas, les da igual. Si quieres puedes ir al BICI – Inspección del sitio de la UNED y te asombrará el número de alumnos que se encuentran en esta situación, incluído yo. Yo preguntaría al Mediador del universitario en la UNED (y si estás en otra Universidad al de la tuya) que al menos está obligado a darte información y guiarte en los pasos siguientes. Yo me apunto a todo manifiesto o acción para promover la derogación de la Ley de 1954 y pienso además actuar por mi cuenta para lograrlo.
Un saludo y ánimo, a ver si entre todos logramos poner las cosas en su sitio.