Sería curioso saber qué hubiera pasado hace un par de años durante la huelga de profesores universitarios. En aquella ocasión, gran parte de estos héroes de la enseñanza se limitaron a no dar sus clases sin preocuparse de comunicar que se encontraban en huelga (una forma inteligente de que no te quiten ni un céntimo del sueldo).
Ahora, podrán defender su dignidad obrera, le han dado el plácet al Inspector. Como el propio PDI reconoce: “a partir de ahora, la valía del profesorado de la ULL quedará fuera de toda discusión”.
El Inspector les funciona a todos menos a los alumnos. Los alumnos seguimos dependiendo del reglamento fascista del 54. Un reglamento disciplinario sin grandes garantías. Un reglamento supeditado a los vicios, prejuicios e intereses del instructor y del rector de turno.
Es una vergüenza que estos demócratas de mierda se atrevan a condenar las actividades políticas de los estudiantes, cuando, al mismo tiempo, obligan a todo un sector a sufrir las consecuencias de la imbecilidad y la debilidad reaccionaria de todos los gobiernos «constitucionales» que ha tenido Reino de España desde 1978*.
Sin garantías no hay libertad posible. Un marco político en el que una mayoría queda supeditada a una legalidad quebradiza no se puede considerar digno.
*NOTA: ningún gobierno constitucional ha promovido la derogación del Reglamento de Disciplina Académica de 1954. Actualmente, sólo se aplica a los alumnos.
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