(Sesión del Claustro dedicada a la presentación de los programas de gobierno de los candidatos a Rector, así como de sus consejos de dirección)
En esta Universidad hay muchos “demócratas” y muy poca democracia. Esta casa sufre el lastre, el pernicioso lastre, de una tradición política autoritaria. En la Universidad de La Laguna algunos se han empeñado en representar la comedia de las buenas formas, cuyo reverso alberga la semilla ruin del totalitarismo. La Universidad debería ser el paradigma del espacio público, de lo público entendido como el marco abierto a toda la sociedad, ese espacio en apertura diáfana y perenne. La Universidad de La Laguna debería ser el centro intelectual, científico y cultural de Canarias y, no exageramos si lo aventuramos, la Universidad de La laguna debería ser el principal referente académico de esta parte del mundo…
Desgraciadamente, esta Universidad lleva muchos años en manos de unas pocas familias o clanes. Grupos de poder que se autoproclamaron dueños de esta extensión de capital público y que han creído ser sus legítimos administradores. La realidad es que son deudores de su propia arrogancia y, en algunos casos, auténticos mediocres sin solución. Sin duda alguna, en esta Casa muchos permanecen posados esperando el advenimiento de cada final de mes. En esta Casa no se trabaja duro. La norma es el esfuerzo mínimo y, por eso, las marginales oportunidades que nos ofrecía la Convergencia Europea se esfumaron: los informes al respecto son público y notorios.
Pese a que algunos han pretendido ocultar la realidad con supuestos logros, más vinculados estos a premios regionales de consolación, las evidencias nos muestran que no hemos avanzado nada o casi nada en estos años. Por eso, algunos reclaman más tiempo, nosotros les damos la eternidad. Nuestra batalla no será la de poner o quitar rectores. Eso se lo dejamos a otros, a esos alumnos probos y de provecho que “saben” cual es su lugar en esta Institución y para quién trabajan. Nosotros nos reservamos otro papel, un papel más noble y a la altura de lo que hemos representado para esta Universidad desde finales del 2006. Democratizar la ULL, esa será nuestra misión: ¡Quemar las naves en honrada y generosa entrega en pos de una Universidad a la altura de nuestro Pueblo!
Y tenemos un deseo: que algún día un gobierno canario verdaderamente democrático fiscalice hasta la última esquina de esta casa de estudios. No se asusten. Éste no es el deseo de una bestia maligna, por el contrario, es un ejercicio de ciudadanía y de responsabilidad. ¡Qué caiga de una vez por todas el telón de esta comedia miserable! Ya estamos cansados de cohortes de damnificados que se creen dueños de lo que le pertenece al Pueblo Canario. Canarias se merecía algo mejor, señoras y señores. Sus sueldos deberían dejar mejores rentas a nuestra gente trabajadora. Sobre todo, no deberíamos tener que aguantar ese persistente intento de disciplinarnos, miserable letanía de viejancos trasnochados. No queremos esa disciplina cuartelaria y fascistoide; al que le guste, que la aplique en su casa. Somos la vanguardia de algo que está por venir, señores candidatos. Podrán matar al mensajero, pero ya nadie podrá seguir engañando a una mayoría imparable. El mundo no será de los mansos, aunque eso sea lo que prediquen con insistencia los funcionarios de Roma en las capillas universitarias.
Por todo esto, el principal anuncio que queremos realizar en esta sesión del Claustro es que AMEC se compromete a hacer oposición, independientemente de cuál de los dos candidatos resulte vencedor en este proceso. Oposición que durante estos cuatro años ha sido la voz de nuestro grupo de estudiantes, a pesar de que el resto de este Claustro haya permanecido en silencio. AMEC seguirá ejerciendo la crítica, la denuncia y todo tipo de acciones que consideremos oportunas, y si alguien no está de acuerdo con la actividad de AMEC, y cree que le perjudica, que valore sus acciones, que realice las que también crea oportunas, pero que se ande con cuidado a la hora de amenazar y coaccionar a miembros de nuestra organización. No vamos a tolerar que ningún rector, candidato a rector, decano o cualquier otra persona de dentro o de fuera de esta Universidad coarte nuestra libertad de expresión. Si alguien, presente o no en esta sala, entiende la política universitaria como política de juzgado, les estaremos esperando en la puerta.
En definitiva: AMEC tiene un objetivo claro, apostar a todas luces por la libertad de expresión. No vamos a permitir que se instaure en la Universidad la doctrina del miedo y que se use éste como una herramienta para doblegar al estudiante y lograr el sometimiento del espíritu crítico a las voluntades del poder. Por ello, exigimos una Universidad donde se pueda ejercer el derecho a disentir, es decir, a cuestionar las acciones que lleva a cabo el poder institucional y su aparato coercitivo. Y cuando hablamos de aparatos de coerción, señalamos al Servicio de Inspección, nacido en el último mandato, y que este colectivo espera que no se convierta en un sistema de depuración política. No queremos un sistema de vigilancia o fiscalía estudiantil respaldado institucionalmente, un sistema destinado a enjuiciar los procesos de participación estudiantil.
De esta forma, para quienes entiendan que el Servicio de Inspección, creado durante este mandato, es una herramienta al servicio de intereses particulares, lanzamos nuestra primera pregunta:
¿Continuará usted, Sr. Candidato a Rector, Eduardo Doménech, con su política de acoso a los portavoces y militantes de AMEC?
Ahora a los dos: ¿Van a llevar el tema de los estatutos directamente a Consejo de Gobierno o abrirán un proceso estatutario donde haya una participación amplia de todos los sectores?
¿Van ustedes a seguir apoyando este absurdo régimen de permanencia, atentando contra los estudiantes con dificultades laborales o económicas?
¿Qué van a hacer con las convocatorias de examen? ¿Van a cargarse alguna?
¿Arreglarán de una vez por todas las infraestructuras, accesos, iluminación y eliminarán las barreras arquitectónicas, tan perjudiciales para las personas con problemas de movilidad?
¿Van ustedes a seguir presidiendo el consejo de estudiantes o por fin le darán toda la soberanía que le corresponde al alumnado en este órgano?
¿Va a ser este Campus de Excelencia Regional algo más que simplones cartelitos en las fachadas de los edificios o harán que de una vez por todas funcionen los ordenadores en las bibliotecas, que haya más seguridad, un mejor servicio… en fin, verdaderas medidas para la excelencia?
Vimos, hace cuatro años, al rector defender las buenas relaciones con el Gobierno de Canarias. Hoy, vemos que estas relaciones no están como antes. ¿Va a cambiar esto? La verdad es que ayudaría mucho a todo el alumnado que mejoraran las relacionen entre ambas administraciones.
Ahora que CajaCanarias ha pasado a formar parte del holding financiero “Banca Cívica”, ¿se va a conservar representación institucional en este raro conglomerado? ¿Van a subir las tasas académicas?
Y, por último, y no menos importante: ¿Admitirán de una vez por todas la desastrosa aplicación del Plan Bolonia en la Universidad pública o no se han dado cuenta de lo catastrófico que ha sido todo esto?