Han pasado dos años desde que publicamos la primera versión del documento “Los problemas que tenemos en la Universidad de La Laguna y sus responsables”, y siete meses desde que sacamos una versión actualizada del mismo. Uno de los documentos que mayor aceptación ha tenido de todos los que hemos publicado en nuestro blog. Teniendo en cuenta esa aceptación y la necesidad de transmitir de forma rápida y sencilla la situación que vivimos en la ULL, ahora te ofrecemos la primera ilustración de “Los problemas que tenemos en la Universidad de La Laguna y sus responsables”. Un documento fundamental para saber qué pasa en la ULL y quiénes son los responsables de que eso pase. Descarga: Los problemas que tenemos en la Universidad de La Laguna y sus responsables [Actualizado]

El Decreto de Tasas articula los mecanismos necesarios para provocar el endeudamiento de los alumnos que no pueden pagar las tasas académicas.
En la ilustración se detallan varios de los problemas reseñados en el documento: el aumento de las tasas académicas; el Decreto de Tasas del Gobierno de Canarias (arrojado por el consejero de Educación desde el helicóptero); el problema de las becas; la nefasta implantación de la normativa de permanencia; el autoritarismo que sufrimos en la ULL (“SÍ A LA DEMOCRACIA/NO A LA DISCIPLINA DEL 54”); la omnipresencia de la Fundación Empresa ULL (Fundación General ULL), la privatización de la ULL, con su oferta de cursos y de prácticas; y el problema de las infraestructuras que sufrimos: un cartel de peligro sobre una montaña de escombros y un estudiante en silla de ruedas “bajando” las escaleras del Edificio Central.

El abandono de los estudiantes por no poder pagar o no recibir la ansiada beca es algo que se ha generalizado a lo largo de los últimos cursos.
Finalmente, vemos a los responsables: el ministro Wert (piloto) y el Consejero de Educación, José Miguel Pérez (copiloto), sobrevuelan la ULL desde un helicóptero; mientras que el rector, Eduardo Doménech, llega en su limusina acompañado de su inseparable jefe de gabinete, Antonio Rodríguez. Los políticos de educación en el helicóptero evidencian la manera que tienen de “sobrevolar” los asuntos universitarios. Sufrimos sus decisiones, pero ellos -desde lo alto- permanecen indemnes de todo el daño que hacen a la Universidad y la Educación Pública. Por otro lado, el rector a bordo de la limusina escenifica la distancia y el elitismo. Un rector que solo se acercará a los estudiantes cuando necesite algo de ellos. Precisamente, cuando la continuidad de su gobierno antiestudiantil esté en peligro, el aparecerá cercano a ellos y sus intereses, aunque luego no tenga reparos en aplicar un reglamento de disciplina académica (solo para alumnos) del año 54 (franquista) o de insinuar que la bajada de las tasas académicas perjudica a la Universidad.