Apenas han pasado unos días de la inauguración del nuevo edificio de Bellas Artes y ya hemos recibido las primeras “FOTODENUNCIAS”. Frente a la pompa y el boato de los actos institucionales, una mirada atenta y crítica sobre las nuevas instalaciones.
Desde AMEC, evidentemente, celebramos que los alumnos de Bellas Artes cuenten -después de más 30 años padeciendo la provisionalidad de unas instalaciones en estado crítico- con un nuevo edificio, un espacio más digno. Pero, al mismo tiempo, no podemos dejar de sorprendernos negativamente con las imágenes que nos hacen llegar alumnos del centro. Estos pequeños y no tan pequeños desperfectos deben ser valorados y se debe exigir a la empresa constructora que no nos deje ninguna “chapuza” de última hora. Aunque, ciertamente, algunas de las imágenes nos llevan a pensar en una planificación muy poco acertada en lo que se refiere a la edificación del centro (especialmente la proximidad de las torretas de alta tensión).

Las torretas han sido incorporadas al edificio.
“Bellas Artes”, ¿un edificio terminado?
En palabras del propio rector, Eduardo Doménech, recogidas por el periódico “El Día”:
(…) la sala de exposiciones, (…) está operativa, aunque «con restricciones». Debe ser dotada y equipada, como el salón de actos. La posibilidad de acometer esta inversión a medio plazo es «complicada».
Asimismo, alumnos manifestaron a amec.wordpress.com que algunas de las aulas no estarían preparadas para garantizar los mejores niveles de docencia. En todo caso, será a partir de los días 15 y 22 de septiembre cuando se pondrán a prueba las necesarias virtudes que debe tener el nuevo edificio.

Las pizarras sin colocar, al tiempo que se aprecian problemas para usar proyectores.
Justificar el olvido
Por otra parte, desde nuestro colectivo, rechazamos el intento de justificar el olvido que ha sufrido Bellas Artes durante más de 30 años. Y recomendamos al rector que preste mucha atención a todos los aspectos que acompañan la formación del alumnado de esta titulación. En este sentido, se deben tener en cuenta las dificultades “extra” que sufren los estudiantes de BB.AA. y las consecuencias, más que visibles, de esas especiales dificultades. No es normal, o no debería serlo, que en esta Universidad -como destacaba “El Día” el pasado 25 de agosto-, un 55,9% de los estudiantes de BB.AA. deje de estudiar, el titular de prensa no podía ser más desalentador: “Más de la mitad de los alumnos de Bellas Artes abandona la carrera”. Esto es un asunto muy grave que debe ser abordado con mucha seriedad desde el Rectorado.


Detalle del muro que da cuenta del acabado (1).

Detalle del muro que da cuenta del acabado (2).
La Universidad del rector Doménech
Una vez más, constatamos que Doménech ha estado presto para la foto, pero su presteza se queda solo en eso, en explotar la imagen y los aspectos propagandísticos de un titular en la prensa.

Doménech ha estado presto para la foto.
Sin duda, en la ULL conviven a la par una Universidad irreal -imaginada por Doménech y su jefe de gabinete, Antonio Rodríguez, y recreada por su equipo de comunicación- y una Universidad real donde se puede palpar la decadencia que se vive en esta Casa, y como se ha visto acentuada dicha decadencia a lo largo del gobierno del actual rector.

Inauguración del nuevo edificio de BB.AA. Vemos políticos, militares y curas. ¿Dónde están los alumnos y alumnas de la sección? ¿No fueron invitados?

Detalle fregadero (1)

Detalle fregadero (2)

¿Suelos manchados?

¿Manchas de óxido en el ascensor?

¿Barras oxidadas antes de tiempo?

No se ha contado con los mejores acabados.

Suelos manchados

Chapuzas

Grietas!!!

Más grietas!!!

Las torretas se “abalanzan” sobre el edificio.