
Momento de la intervención del portavoz de AMEC, Carlos García Martín
Lo primero que deseo hacer hoy aquí, como portavoz de AMEC, es saludar a las personas que se incorporan hoy por primera vez al Claustro de la Universidad de La Laguna. Para ellas y ellos unas palabras: este es el órgano de gobierno más importante que tiene la Universidad, el más representativo, aunque eso no quiere decir que sea justa y equitativa esa representación. Pese a todo, este órgano es el más transparente y el que tiene un verdadero y genuino carácter universitario frente a un Consejo de Gobierno mediatizado por el rector de turno o un Consejo Social en el que la Universidad ejerce de oyente.
Por esa razón, deseamos interpelar a las personas que se incorporan a este órgano y a las que repiten asiento: es nuestra obligación, la de todas, defender este órgano, construirlo y reclamarlo; hacerlo nuestro y exigir que no sea un mero remanente de la Universidad del pasado. Cuando el poder pierde la legitimidad, comienza a ahorrar en democracia y en libertades. Cuando desde el Sistema se empiezan a percibir resistencias por parte de los “súbditos”, comienzan los recortes en los “instrumentos” de participación y comunicación.
La Universidad ha sido golpeada por ese tipo de políticas, y desde dentro, los quintacolumnistas, han permitido y permiten gobiernos muy poco universitarios. No se confundan, nosotras no estamos anhelando ninguna remota edad de oro de la Universidad, eso no existió nunca y mucho menos en la Universidad española, decadente y elitista; no, no estamos reclamando eso. Nuestras demandas señalan lo que refleja el primer párrafo del Preámbulo de los Estatutos de esta Universidad: esa necesidad que tenemos de reafirmar la Universidad como institución pública, “que intenta con todos sus medios ser una realidad cercana para todas las personas”.
Nosotras no ocultamos nuestro rechazo a un modelo de Universidad elitista, manoseada ya demasiado por intereses mercantilistas; rechazamos esa Universidad, porque ese modelo de Universidad es el que alberga los peores vicios y no aporta nada a la sociedad. La ULL debería ser el motor científico e intelectual de la sociedad canaria, y no lo es. De hecho, Canarias, pese a toda la inversión social que se hace en esta casa de estudios, no tiene en la ULL, ni en ninguna otra parte, ese referente científico e intelectual. La sociedad no encuentra el eco de sus demandas aquí, en la ULL. Y, paradójicamente, los muros que rodean nuestros campus son algo más que muros. La ULL se convierte, ya lo hemos dicho en otra ocasión, en una isla dentro de la isla.
La ULL vive aislada de la sociedad, de esa sociedad que espera que en esta institución se formen las nuevas generaciones que consigan, por fin, levantar estas ruinas, esta sociedad empobrecida, vilipendiada y desposeída, incluso de su alma, que también ha sido mercantilizada por algunos avispados. Canarias no ha contado nunca con la verdadera solidaridad y entrega de esta institución. Y esta institución no ha asumido su obligación de servicio y sacrificio por esta sociedad. La Asamblea del Movimiento Estudiantil Canario, frente al apesebramiento de algunos, reclama sacrificios. Una mayor entrega a nuestra gente y una búsqueda de las verdaderas energías transformadoras. Queremos una Universidad que sea vanguardia de la nueva sociedad que se debe abrir, aquí, en esta tierra.
La Universidad de La Laguna debe ejercer su papel de Alma mater, referente intelectual para todo nuestro pueblo, esa es su obligación. Aunque para eso deberá hacer un esfuerzo profundo por depurar todos aquellos elementos reactivos que la envenenan y nos frenan en ese camino de servicio y entrega. La Universidad de La Laguna debe dar su particular “giro copernicano” y transformarse, demoler los falsos cimientos para abrirse definitivamente y, si es preciso, asumir una misión; una misión intelectual que, obviamente, no se convierta en doctrina, sino en nueva conciencia. Para ello, se deben abrir espacios de encuentro, espacios que sean reales y no meras escenificaciones o intentos de algo.
Para avanzar se deben hacer varias cosas, la más urgente: terminar con el autoritarismo del profesorado de esta casa. AMEC reclama una Universidad libre de autoritarismos, libre de sexismo y acoso. Reivindicamos una Universidad abierta al diálogo, pero nos cerramos frente a cualquier imposición.
Si verdaderamente se pretende avanzar, señor rector, se debe empezar por asumir que esta Universidad no está funcionando bien. No lo hemos hecho, pero nos han dado ganas de tener algún tipo de lapsus y llamarlo, no se lo tome a mal, llamarlo Antonio Doménech o Eduardo Martinón. Usted no lidera la Universidad del cambio, su Universidad no ha dejado atrás el pasado que tanto criticó hace casi dos años cuando empezó su precampaña como candidato a rector.
Señor rector, no nos hable de reconciliación. Aquí no hay nada que reconciliar. La ULL reclama sus esfuerzos y verdadera entrega. No se puede decir que se representa algo nuevo cuando se deja intacto el aparato político, económico y represivo del que le antecedió en el cargo. ¿Para cuándo una reforma de la ULL? ¿Para cuándo un ajuste de cuentas que dignifique esta institución? La Universidad de Eduardo Doménech y Antonio Rodríguez, su fiel escudero nada bonachón, sigue intacta después de casi dos años de que entráramos en la “era Martinón”. Mire, don Antonio, de nada sirve que alguien amarre los perros, si luego, cualquiera viene y los suelta de nuevo.
Queremos ver un esfuerzo claro que nos haga confiar que usted no es uno de esos demócratas de boquilla; un poco de movimiento real, gestos auténticos para considerar o intentar ver que usted tiene un verdadero interés por el cambio, que usted no pretende ser un epígono de algo que tuvimos y la antesala de algo peor que podría estar por llegar. La ULL demanda sacrificios, liquidar reacciones y depurar conductas. Haga algo que lo dignifique frente a los que lo critican, haga caso a esta vanguardia estudiantil que representamos y pierda el miedo. Se lo pedimos con firmeza, Antonio Martinón, destituya, de una vez por todas, al alumno-inspector Andrés Falcón Armas; y depure toda la institución hasta que entre todas podamos conseguir la eficacia que nos demanda la sociedad canaria. No se emperre en reformas estatutarias que apuntan a recortes en derechos estudiantiles, y ponga en marcha aquellos reglamentos que sean necesarios para dotar de derechos, de verdaderos derechos, al estudiantado. El Reglamento Disciplinario de 1954 es un insulto a la dignidad del estudiantado, hay que poner en marcha un reglamento de convivencia, es urgente, es necesario, un reglamento que quite sentido y competencias a ese desecho del franquismo.
Señor Martinón, también se hace necesario, urgente, en esta nueva legislatura claustral que se abre hoy, que usted y su equipo se comprometan de una vez por todas con todas aquellas sugerencias y demandas que les hacemos. Responda a los escritos que le hacemos llegar, dígale a su equipo que dé respuesta a todos aquellas aportaciones que les hacemos para mejorar esta Universidad. No es AMEC la que está esperando respuestas, son los alumnos y alumnas de la ULL.
- El alumnado de Enfermería, en La Palma, escrito presentado el 17 de noviembre por AMEC y dirigido a usted, está esperando su respuesta y sus soluciones a los problemas que padecen. ¿Cuándo va a responder?
- Sobre el “cambio de turno” en los centros y las facultades que demandan dicho servicio, propuesta de AMEC para “un cambio de turno racional” presentada a la secretaria general de la ULL el 7 de noviembre. Sin respuesta.
- Los problemas de alumbrado de la ULL, escrito dirigido a la gerente de la ULL el 21 de octubre. Sin respuesta.
- El 14 de octubre le remitimos a usted, señor rector, nuestra petición para que se deje de excluir del bono de transporte universitario a los estudiantes mayores de 26 años, ¿Qué gestiones ha realizado? Sin respuesta.
Y podríamos seguir, estos son solo algunos ejemplos de la forma en la que se trabaja en esta institución y de cómo se afrontan las demandas estudiantiles.
Pero, debemos ir terminado, y deseamos hacerlo con una demanda de consenso y responsabilidad a usted señor rector y a toda la comunidad universitaria representada por este Claustro. El pasado 12 de diciembre se cumplieron 39 años del asesinato en el Campus Central de la ULL del estudiante Javier Fernández Quesada, y el 24 de septiembre se cumplieron 40 años del asesinato del también estudiante de la ULL Bartolomé García Lorenzo. Queremos –reclamamos- que ambos sean recordados con dignidad por esta casa. Eran sus estudiantes, lo mejor de una generación sacrificada por los perros fascistas que no quisieron abandonar el poder y decidieron perpetuarse, como así lo hicieron, la ULL les debe más que un desdibujado recuerdo. Reclamamos que el 24 de septiembre y el 12 de diciembre sean días donde la institución dedique algo de su tiempo a dignificar la memoria de nuestros estudiantes caídos.
Señor rector, compañeras claustrales, tomen nota y actúen en consecuencia.
Muchas gracias y buenos días