Desde la Asamblea del Movimiento Estudiantil Canario (AMEC) deseamos darles un saludo fraternal y, de forma particular, les felicitamos por acudir a esta convocatoria. Les felicitamos por su conciencia y por sus ganas de luchar.
La educación pública se encuentra en uno de sus peores momentos. Es algo que sabemos desde hace ya unos años, algo que venimos sufriendo sin que se ponga remedio. Lo público ha sido desprestigiado, denostado hasta la saciedad por los poderes fácticos, interesados en convertir nuestra educación en rentas para sus bolsillos.

Lis Montoya, de AMEC, en un momento de su intervención
Les ha resultado demasiado fácil borrar de las mentes de muchos la importancia de una educación para todos y todas; la importancia de una Universidad pública abierta a la sociedad. Para la política y los políticos ha sido fácil envenenar conciencias y criminalizar los gestos de un estudiantado insumiso; un estudiantado dispuesto a luchar y, sobre todo, dispuesto a resistir.
Nuestra rebeldía no es un capricho, es pura necesidad. Nuestra rebeldía y nuestro entusiasmo -aunque en ocasiones seamos solo un puñado de disidentes- es la única esperanza que nos queda. Y por eso estamos aquí los estudiantes, por eso hoy hemos abandonado las aulas. Estamos aquí porque tenemos la necesidad de ser REBELDES.
Estamos convencidos y convencidas de que tenemos que defender la educación pública. Y sabemos que no es fácil. Somos conscientes de que los mensajes que emanan desde el poder nos llevan ventaja, y tienden a materializarse como única realidad. La ideología de lo “razonable” y lo “posible”, lo que ellos entienden como razonable y posible, le gana por goleada a un mundo imaginado sin autoritarismos, un mundo que cree aún en la libertad, un mundo de personas que se sueñan libres. Somos conscientes de que domina una ideología que está al servicio del más fuerte y de que, casi siempre, estamos solos y solas defendiendo la educación pública, la Universidad pública, nuestro derecho a estudiar y formarnos.

Entrevista a Gabriel Morales, responsable de medios de comunicación de AMEC
En esta lucha nos hemos quedado solas, pero no es nada nuevo. La educación pública la estamos defendiendo los estudiantes. La estamos defendiendo porque no queremos ser meros usuarios o clientes. Por esa razón, lamentamos que otros importantes sectores implicados en la educación hayan dejado de luchar. Y no entendemos que el profesorado no diga nada o diga muy poco sobre el desmantelamiento de la educación pública. Se trata de un silencio que ya resulta incómodo.
Los estudiantes somos los que hemos tenido que salir a decir algo sobre lo que ha estado pasando a lo largo de un buen número de años; hemos tenido que salir a gritar que NO QUEREMOS MÁS MENTIRAS Y CUENTOS. Y hacemos un esfuerzo por hablar con claridad, por eso decimos que eso que llaman Plan Bolonia o Convergencia Europea ES UN FRAUDE. Han engañado a muchos de nuestros compañeros y compañeras. Les han vendido mentiras, una falsa cultura del esfuerzo y del sacrificio. Y al mismo tiempo que se fraguaba ese discurso en defensa de una supuesta “eficacia”, se nos sustraía nuestro derecho a estudiar, nuestro derecho a una educación. Y lo decimos sin miedo: ¡¡¡NUESTRO DERECHO!!!

La educación pública, la Universidad pública o el sistema de becas y ayudas no forman parte de ningún regalo, sino que se deben entender como parte de las conquistas, parte de la suma de luchas de otros que, como nosotros y nosotras, tuvieron que salir a la calle, tuvieron que parar la Universidad y los institutos para reclamar un modelo educativo diferente.
Sin educación pública no hay futuro para esta sociedad. Por eso decimos que queremos una Universidad para todos y todas. Queremos una Universidad al servicio de esta sociedad. Una Universidad al servicio de Canarias. Una Universidad que nos forme de verdad y no se limite a darnos un ligero “barnizado” para luego vendernos en el mercado internacional como mano de obra barata. RECLAMAMOS NUESTRA DIGNIDAD.

El presidente del Gobierno de Canarias, Fernado Clavijo, “insta a los universitarios a adaptarse al mundo real”. ¿Qué quiere decir “mundo real”? Para ellos, “mundo real” quiere decir intereses empresariales; un mundo en el que solo contamos como mercancías. Un “mundo real” que entiende la Educación y la Universidad como un lugar en el que especular y sacar buenas ganancias; un “mundo real” que convierte a la Universidad en una máquina de adocenar personas. Ese “mundo real” se define sin necesidad de grandes florituras; ese “mundo real” no es el mundo de la dignidad y el trabajo, es el mundo de la explotación.
Podríamos usar un lenguaje más amable, palabras menos contundentes, pero no estamos dispuestos ni dispuestas a engañarnos a nosotros mismos, ni a engañar a nuestros compañeros y compañeras, por eso denunciamos que la Universidad dejó hace mucho tiempo de estar al servicio de los estudiantes. No nos remontaremos a un tiempo pretérito en el que se pudiera creer que la Universidad fue mejor; pero sí, al menos, a un tiempo donde la personas -la gente de la calle, los jóvenes, los hijos de los trabajadores y trabajadoras- tomaron conciencia de que la Universidad les pertenecía y formaba parte de su mundo.

Pancarta de Igualdad AMEC
Eso es en lo que tanto queremos insistir: la usurpación de nuestros derechos y la destrucción de una forma de ver lo “público”. Esa usurpación de algo que entendíamos “como nuestro”, se ejecuta de forma total mediante la expulsión directa de miles de alumnos y alumnas de la Universidad. La expulsión de los que tienen menos, de los que más han sufrido las acometidas de la crisis, las víctimas de esas políticas sin rostro que han destruido la vida de demasiada gente.
El Reglamento de Permanencia o, mejor dicho, el reglamento de expulsión de estudiantes de la Universidad de La Laguna es uno de los tres peores reglamentos de permanencia de todo el Estado. No lo decimos nosotros, lo dicen las autoridades académicas de esta casa. Lo dicen informes oficiales. Una prueba, de tantas, de que nos están machacando. La juventud canaria es la juventud más maltratada de todo el Estado. La juventud con menos oportunidades y a la que se le cierran poco a poco todas las puertas, incluidas las puertas de la educación y de la Universidad. La única puerta que nos dejan abierta es la de la emigración. Mano de obra barata en el mercado internacional. Pero hasta esa desgracia nos la tratan de vender como una experiencia positiva. Nuestra respuesta: positivo es viajar para formarnos y para conocer el mundo, viajar con becas adecuadas o con un contrato digno. Ahora bien, que nadie trate de vendernos como una experiencia de futuro y de gran enriquecimiento personal el terminar fregando platos durante 12 horas en Londres o Berlín.
Por eso, frente a este presente, creemos de verdad en un mundo nuevo. En que las cosas pueden ser de otra manera. Estamos convencidos y convencidas de que la educación debe ser pública y gratuita en todos sus niveles, y que conseguir la calidad no es ninguna quimera. Estamos convencidos y convencidas de nuestras capacidades y de nuestras ganas de transformar esta sociedad; estamos convencidos de que nosotros y nosotras somos la vanguardia capaz de edificar el futuro para esta sociedad, pero, para eso, primero: debemos ganar el presente; para eso, debemos evitar que sigan robando y destruyendo nuestros más profundos sueños y anhelos estudiantiles.
PORQUE QUEREMOS UNA EDUCACIÓN PÚBLICA Y DE CALIDAD, ABAJO LA LOMCE, ABAJO LA PRIVATIZACIÓN DE LA ENSEÑANZA; POR UNA UNIVERSIDAD PARA TODOS Y TODAS:
¡¡¡VIVA LA LUCHA DE LOS ESTUDIANTES!!!
